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La psique, del griego ψυχή, psyché, «alma humana», es un concepto procedente de la antigua Grecia, que designaba la fuerza vital de un individuo, unida a su cuerpo en vida y desligada de este tras su muerte. El término se mantiene en varias escuelas de psicología, perdiendo en general su valor metafísico, se convierte así en la designación de todos los procesos y fenómenos que hacen la mente humana como una unidad.
“Atleta proviene de la palabra griega -athlos- que significa combate y de la palabra en latín -athleta- que significa luchador. Un atleta es un luchador que se combate a sí mismo”
La mente y el cuerpo están estrechamente ligados, de ahí nace el nombre de este proyecto que se encuentra dentro de nuestras especialidades.
Hoy en día, la psicología deportiva tiene una gran relevancia en el ámbito deportivo tanto para deportistas de alto rendimiento como para personas que se inician en el deporte o están superando lesiones. Es aplicada a cualquier colectivo desde la etapa infantojuvenil hasta la adultez.
Mi experiencia como profesional y como atleta me ha enseñado que si la cabeza y el cuerpo no están alineados no es posible funcionar bien.


Enseñamos a los atletas a maximizar su potencial físico y mental a través de estrategias como la visualización, el establecimiento de metas SMART (específicas, medibles, alcanzables, relevantes y con plazos definidos) y la concentración en el momento presente.

Los deportistas aprenden a gestionar las emociones, la ansiedad y el estrés inherentes a las competiciones, lo que les permite mantener la calma y rendir al máximo bajo presión.

Se trabajan técnicas para potenciar la motivación intrínseca, la autoconfianza y una mentalidad positiva, lo que fortalece la conexión entre mente y cuerpo.

La psicología deportiva es fundamental para el proceso de recuperación de lesiones, ayudando al deportista a mantener una actitud positiva y a afrontar los desafíos físicos y mentales de la rehabilitación.

En deportes de equipo, se trabaja para mejorar la dinámica grupal, la cooperación y el apoyo mutuo, optimizando el rendimiento colectivo y la cohesión del equipo.

Se busca un equilibrio entre el rendimiento atlético y el bienestar psicológico, abordando aspectos como el agotamiento, la frustración y otras dificultades emocionales.
Se aplica para que los atletas desarrollen habilidades para la vida, como la resiliencia, la capacidad de manejo del fracaso y un crecimiento personal continuo a través del deporte.
Michael Jordan